Gracias a Dios por el día que termina, vamos a hacer una oración de gratitud en esta noche pidamos que nos conceda un sueño tranquilo y reparador.
Padre Celestial, luz de mi vida, no me desampares ni de noche ni de día. Guárdame del mal, y bríndame tu dulce compañía, velas mis sueños y abrázame en esta noche tan fría. Tú eres mi abrigo, mi amigo y mi escudo protector, en ti me resguardo y si te tengo a mi lado no tengo motivo para sentir temor.
Tú eres el fuego que enciende mi fe, el agua que sacia mi sed, el Pan de vida que todo los días que quiero comer. Tú eres la necesidad de mi alma, y todos los días antes de ir a costar te voy agradecer por estar conmigo, por cuídame en todo el día, por darme un día más de vida, por permitirme llegar a mi casa bien, por cuidar a los míos y por traer el pan a mi mesa, por llenarme de salud, por permitirme disfrutar de tu creación, por el aire que respiro, por el trabajo contengo, por darme buenos amigos, por bendecir a mi hermanos, por cuidar de mis padres, por darme un bella familia, por darme unos hijos sano y amoroso, por darme un techo para descansar, y sobre todo por llegar a mi vida y mostrarme el amor más sincero y puro que nadie más que tú me podrá dar.
A punto de finalizar el día, en tus manos te entrego la fatiga y la lucha, las alegrías y desencantos de este día que quedó atrás. Porque no quiero antes de irme a costar, No sin sentir sobre mi alma la seguridad que tu poder me brinda, NO quiero dormir sin sentir que Tu dulce presencia me abraza.
Te doy gracias Bendito Dios, porque has sido la sombra fresca que me ha cobijado durante todo este día. Y también te doy gracias porque serás la manta calidad que me abrazara y me brindara su calor en esta noche tan fría. Amen.
Hacer esta oración con fe y esperanza, oremos hoy para que Dios nos dé una noche tranquila con un sueño reparador y bendecido, que mañana despertemos alegres y dispuestos para toda buena obra. Vamos a orar en esta noche.